Una hora y diez, la pregunta sobre la atención de la pobreza y la sugerencia del diálogo como instrumento para construir consensos. La visita sin confirmar.
No fue la hora y diez minutos de duración de la audiencia. Tampoco si el pontífice le sonrió como a Cristina Fernández de Kirchner o le puso su mejor cara como a Mauricio Macri. Ni siquiera los regalos que intercambiaron. Lo importante de la reunión entre el papa Francisco y el presidente Javier Milei fueron los gestos de reconciliación luego de los agravios que el mandatario le profiriera durante la campaña.