El gobierno tiene la decision tomada de echar al embajador argentino en España, Roberto Bosh, en el marco de un proceso de reestructuración que se viene llevando a cabo desde la asunción de Gerardo Werthein y en Cancillería la bautizaron como «demondinización».
Bosh se había ganado la confianza de Mondino para quedarse a cargo de la embajada luego de la salida de Ricardo Alfonsín, de quien fue número dos durante la gestión de Alberto Fernández. De hecho, fue visto en actos de campaña de La Libertad Avanza con la gorra de las Fuerzas del Cielo.
Según pudo saber LPO, la orden en Cancillería es «limpiar todo resto de Mondino en la cancillería» y comenzó con la salida de la mayoría de los diplomáticos que acompañaron a la gestión anterior como es el caso del vicecanciller Leopoldo Sahores, el secretario de Asuntos Latinoamericanos Mariano Vergara y el de Relaciones Económicas Internacionales, Marcelo Cima.
El resto del equipo original, o se fueron antes de la renuncia de Mondino o directamente están sin tareas esperando nuevas funciones.
Fuentes diplomáticas afirmaron a LPO que el decreto de salida de Bosh ya está en el despacho del Presidente a la espera de ser firmado y abre una disputa para quedarse con la sede diplomática en Madrid.
Uno de los que pelea por el puesto son Alejandro Nimo, Agregado de Promoción de Inversiones y Comercio Internacional en Embajada y trabaja directamente con Luis Caputo. Como adelantó LPO, Nimo fue hasta diciembre Agregado Especializado en el Área de Producción e Inversiones del gobierno de Alberto Fernández y al vencerse el plazo de la designación, Bosch lo echó.
Desde entonces Nimo empezó a realizar gestos exagerados de acercamiento con el nuevo gobierno y fue calificado por los propios colegas como un camaleón político que suele extremar sus lealtades para conveniencia propia, ya que, el diplomático fue macrista, masista y ahora libertario.
En sus redes sociales se presenta como menemista, Mileísta y discípulo de Jesus Huerta de Soto (un economista español de la Escuela Austríaca). El sobregiro del diplomático dio resultado. La renovación de su nombramiento le dejó salario mensual cercano a los 9.400 dólares.
Fuentes diplomáticas plantean que el perfil libertario hace que Nimo saque ventajas por sobre el resto porque Milei quiere alguien cercano a Soto de la Huerta, el ideólogo libertario español. «Todos los diplomáticos de carrera sueñan cómo comer paella en Plaza Mayor con chofer y gastos pagos», apuntan.
Otra fuente que conoce la gestión de Bosh plantea que «fue un fracaso total. No logró nada. Eso pasa cuando pones a diplomáticos juniors al frente de embajadas importantes. No hay nivel adecuado, lo mismo pasa a Londres con Mariana Plaza y en México con (María Gabriela) Quintero». «Mandas de embajadora a ministros sin mucha experiencia, no embajadores de verdad. Eso se paga caro en relaciones internacionales», remarcan.
La falta de apoyo a Bosch quedó de manifiesto luego de la cancelación de los traslados que él había pedido. Pablo Virasoro que iba a ser su segundo y Axel Wasserman que quedaba como agregado de cultura, pero ambos fueron rechazados.
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Otra de las versiones de reemplazo habla de alguien cercano a Sigman, empresario que ha ganado incidencia en la embajada en Madrid. LPO publicó que Bosch le dio lugar destacado a Alicia Bonilla Claramunt, suegra de Leandro Sigman, hijo de Hugo y uno de los empresarios argentinos más influyentes en España.
Desde entonces, se habla de la posibilidad de un ingreso formal en la embajada que cristalice el acuerdo de Milei con las farmacéuticas. El modelo sería parecido a la elección del embajador en Estados Unidos, un empresario que no viene de la diplomacia para expresar una mirada más autentica del universo de ideas que defiende Milei.